El secreto del café
Si lo primero que haces al levantarte es tomar café, lo estás haciendo todo mal. Pero tranquilo, te damos la clave para una vida sin sueño.
Seguro que más de una vez te has enfrentado al espejo por la mañana y te has preguntado: si acabo de tomar café ¿por qué estoy tan reventado? Tranquilo, no solo te ocurre a ti. La respuesta la tiene nuestra amiga la ciencia.
El hecho es que, aunque una gran parte de la población afirma que tomar café es lo único que les ayuda a sobrevivir a la mañana, lo está haciendo todo mal. Así lo ha explicado el doctor Miller, de la Universidad de Bethesda, Maryland.
Según nuestro amigo, tomar café entre las 8 y las 9 de la mañana no solo es malo, sino que además es contraproducente.
Desde el momento en que empieza a percibir una luz intensa, nuestro cuerpo empieza a producir cortisol, una hormona que induce la vigilia. Si en el periodo de tiempo en que el cuerpo está segregando, tomamos cafeína, las moléculas de cortisol y cafeína se anulan y el efecto es que estaremos más cansados y, además, nos haremos resistentes a la estimulación del café. Lo único que permanecerá de ese café en nuestro cuerpo será el estrés, pero no nos quitará el sueño.
El amanecer no es el único momento en que segregamos cortisol. A medio día tenemos otro pico; y de nuevo empezamos a segregar alrededor de las 6 de la tarde. Por lo tanto, las horas en las que sí merece la pena tomar café son las que se encuentran entre medias: entre las 9:30 y las 11:30; entre la 1:30 y las 5; y a partir de las 7 de la tarde. Todo lo demás, es malgastar el café y conducirnos a un futuro en que tendremos que inyectarnos cafeína en vena para mantenernos despiertos.